Carta Abierta al Asistente -4

Estimado...:

    Desde hace algunos días hemos vuelto a revivir nuestro espíritu derrotista. Descubrimos que ese hálito no había desaparecido, por el contrario, se mantenía latiendo, alimentado por vaya a saber uno porqué residuo mental. Sí, Lector. Hablamos de aquel objetivo primero, que, si su modesto mouse se lo permite, podrá constatar más abajo de qué estamos hablando.

   Por varias razones esta sensación, que podríamos definir como "una especie de ser con rasgos antropomórficos, carente de las 'buenos'  rasgos humanos y que suele babear nuestras perspectivas", ha revivido.

   Está aquí, perfecto Lector, presente en esta tipografía, siendo arrastrado por sus ojos a lo largo de estas líneas.

   Creemos que su reclusión temporaria se debió al período luminoso de nuevos lectores, que se acercaron a este espacio, posaron su intrépida humanidad en este espacio virtual (sin perder, por suerte, su virtual figura).

Pero, sucedió que, día a día, el número de visitantes descendió hasta cero. Hoy sólo nosotros somos lectores de nuestras propias publicaciones, que en consecuencia, y ego aparte, resulta inútil.

   Por esto mismo le escribimos hoy, Prolector, porque se ha despertado aquel monstruo. Se instaló en nuestras yemas, temblorosas, y no quisiéramos perder la batalla que desde hace más de medio año venimos luchando.

   Sabemos que somos prescindibles en vuestra vida, pero, por favor, engáñenos con su fugaz visita.

Saludos,

Los ensañados.